Créditos: Claudia Alagón |
Liliana Miranda, arquitecta y directora del Foro Ciudades para la Vida, alerta sobre el futuro incierto de Lima debido a la falta de planeamiento urbano y el resultado de poner por encima la inversión del boom inmobiliario, antes que la seguridad de los peruanos. La especialista lamenta que las municipalidades hayan abandonado su rol como planificador y conductor de las ciudades. Además, como integrante del colectivo “Costa Verde de todos” comenta sobre la acción de amparo que interpusieron ante la Municipalidad de Lima por la construcción del tercer carril en dicha vía.
P.- ¿Cuál es el reto que tenemos como país en el crecimiento urbanístico? Con el “boom inmobiliario” Lima por ejemplo redujo sus áreas verdes, cuenta con 2,79 m2 de áreas verdes por persona, cuando la OMS recomienda 9 m2.
R.- En este momento la tasa de crecimiento poblacional ha bajado, ya no tenemos un boom de crecimiento poblacional. Lima se está moviendo de 2% de tasa de crecimiento a 1,2%; pero como hay un boom inmobiliario, hay una presión por la construcción. En zonas como Miraflores, San Isidro, Surco, entre otros, hay departamentos de 300 m2 donde viven dos personas o tres, en cambio en los barrios populares lo que tienes es 3,8 personas por habitación; es decir, ya hay un proceso de tugurización. Hay un nivel de desigualdad tremendo en la ciudad.
P.- ¿Cómo organizar la ciudad con visión de largo plazo? Con una mirada integradora, que tenga una concepto de ciudad.
Créditos: Claudia Alagón |
P.- ¿Quiénes son los responsables de este crecimiento desordenado, sin planeamiento integral y sin ordenamiento territorial?
P.- ¿Qué importancia tiene el ordenamiento territorial para combatir el crecimiento desordenado y hacinamiento?
P.- No está establecido un marco claro sobre las zonas de riesgo donde no debería construirse, ¿por qué este descuido?
P.- El sector construcción ha tenido un auge sostenido en la última década, pero no se puede afirmar lo mismo de las reglamentaciones ni de la modernización de los sistemas de agua y energía, tampoco de los diseños arquitectónicos ni de los métodos de planeación del crecimiento urbano, ¿por qué?
R.- Si nosotros dejamos que la lógica del mercado inmobiliario decida sobre la ciudad, lo que hemos obtenido es la ciudad que venimos construyendo los últimos 10 años, se ha promovido la inversión inmobiliaria y se ha dejado que la empresa privada “solucione” el problema de vivienda en el país, la cual no ha atendido a los sectores más pobres, el D y E. Sumado a que las municipalidades han abandonado su rol como planificadoras y conductoras del crecimiento de la ciudad, y como resultado se ha incrementado el riesgo, hay dos millones de personas viviendo en laderas que podrían perder la vida ante un sismo.P.- La Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO) confirma que el 70% de viviendas construidas son informales, ¿por qué no se están fiscalizando y sancionando a estas construcciones, qué organismo es responsable?
R.- Lo que pasa es que la informalidad en la construcción es en resultado de un proceso de generación de vivienda y construcción del hábitat popular que en los años 70 el Estado avaló y promovió por el boom poblacional, pues la gente vino masivamente del campo a la ciudad. Con la Ley de Barrios Marginales con Manuel Odría se promueven este tipo de asentamientos.
En general, aquellos que sí cumplen con la norma terminan teniendo el derecho a un título, el Estado se los entrega. Lo que no se les da es un juego de planos ni asesoría técnica para que construyan adecuadamente la vivienda. El resultado es, por ejemplo, lo que está pasando en El Agustino donde tenemos el más alto índice de tuberculosis en todo el país porque en las viviendas no hay ventilación, tampoco iluminación ni asoleamiento lo que hace que el contagio sea muchísimo más fácil.
P.- ¿Qué papel está jugando el Estado en la regulación del boom inmobiliario?
Se ha tenido que duplicar el bono y el margen del costo de la vivienda. Además nuevamente es el sector C y los menos favorecidos del sector B los que están recibiendo el subsidio. El sector D y el sector E no reciben nada y no lo vienen recibiendo durante los últimos 15 años.
P.- ¿Qué rol deben cumplir las municipalidades en ordenar la capital? ¿O necesitamos un solo ente que regule esta situación?
R.- En realidad Lima ya necesita una autoridad metropolitana de planificación urbana y del transporte. El Instituto Metropolitano de Planificación tiene algunas facultades, pero existe la Gerencia de Desarrollo Urbano del municipio de Lima y además existen 52 gerencias de desarrollo urbano en los distritos, es un monstruo de 100 cabezas.P.- ¿Sedapal tiene la capacidad de atender las demandas que ha generado el boom inmobiliario?
P.- El Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano de Lima y Callao (PLAM 2035) calcula una demanda de dos millones de viviendas a futuro en Lima y Callao, ¿estamos preparados para cubrir esta demanda?
P.- 8 mil inmobiliarias y constructoras son informales, según el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento. ¿Cómo valora esto?
P.- Otro tema crítico en la ciudad es el caos vehicular y las pocas ciclovías, las autoridades municipales han reducido áreas verdes a fin de aumentar carriles para los vehículos. En ese sentido, ¿cuál es el futuro de Lima?
P.- Según CAPECO, la venta de viviendas en la capital crecerá 20% este año debido al uso de fondos de las AFP. ¿Qué impacto tendrá esto en la ciudad?
R.- Se va a seguir acrecentando el mismo problema, la idea es que exista una fórmula en la cual se rescate el sistema de planificación urbana de la ciudad y que no reproduzca el riesgo, que ponga por delante el mapa de peligros y la necesidad de la vivienda de los sectores más pobres.P.- El Poder Judicial admitió la acción de amparo que el colectivo “Costa Verde de todos” junto al instituto Idlads interpusieron contra la Municipalidad de Lima por la construcción del tercer carril en la Costa Verde, ¿qué motivó esta iniciativa?
Además, por los accidentes sucesivos que vienen ocurriendo -donde incluso ciclistas han muerto- y como resultado de una especie de concesión que hace la alcaldía al colocar el malecón, genera un nuevo problema pues está el riesgo de colapsar ante las olas y la erosión costera, además de superponer el uso peatonal y de ciclovía en el mismo espacio. Esto va contra las normas, el diseño vial también es malo. Entonces se procedió a presentar una acción de amparo que en principio fue desestimada, pero ahora ha sido aceptada.
Por Iara U. Alemán